viernes, 6 de febrero de 2009

Y qué pasa con el río Cañaveralejo?


Esquema de los problemas



La situación del río es de creciente deterioro, generado por causas como los vertimientos directos de aguas residuales de asentamientos humanos formales y no formales ubicados en sus riberas. Entre estos se encuentran asentamientos “ilegales” como La Sirena y Siloé ubicados en las laderas de la ciudad. Además, importantes colectores del alcantarillado municipal y canales de aguas lluvias con conexiones erradas recogen las aguas residuales de sectores de la ciudad como Venezuela y las vierten al río en diferentes tramos. Esta situación obedece a varios factores, entre ellos que el río ha sido concebido como eje del drenaje urbano, es decir la planificación en este sentido ha adolecido de criterios ambientales, y las autoridades responsables no han ejercido un control efectivo sobre la Empresa Prestadora del Servicio y el municipio.

Otros aspectos que contribuyen con el mal estado de la fuente y que también están relacionados con la inexistente o inadecuada planificación, la falta de control por parte de la autoridad ambiental y la falta de cultura de ciudadana, es la pérdida de franjas de protección por ocupación de las riberas del río y deforestación, ignorando el respeto por las normas que señalan la obligatoriedad de conservar una franja de cobertura boscosa en las márgenes de las fuentes para evitar los daños ambientales.

La disposición de basuras en el cauce de la fuente, que es generada por prácticas inadecuadas de comportamiento ciudadadano, insuficiencia en la prestación del servicio de aseo y falta de control de la autoridad ambiental, incrementan el deterioro del cauce.

El mal estado de la río asociado a estos factores de calidad se ve agravado por el hecho de que el Cañaveralejo ha sido canalizado dentro de la ciudad, perdiendo su condición natural, lo que conlleva a que la comunidad no se identifique con él, lo reconozca como un “caño” y por tanto no vele por su recuperación.

En lugar de preservar este como un atributo paisajístico de Cali y una fuente que podría ser empleada para múltiples propósitos el río pierde su carácter convirtiéndose en precursor de sitios inseguros e insalubres hasta su entrega final en otra de las vergüenzas de la ciudad: El canal CVC – Sur.